¡Almería, donde el polvo de las minas y los cristales gigantes se encuentran, donde las dunas y el desierto juegan con los rayos del sol, y donde el mar llama a la montaña en un paisaje único aparece una leyenda que os encantará!
En esta ocasión nos centramos en Pulpí, donde hay dos leyendas que se entrelazan de una manera tan misteriosa que ni los más expertos en lo paranormal se atreven a desentrañar:
Santa Bárbara de los Mineros y la Geoda de Pulpí
Ambas, guardianas de los secretos más profundos, parecen tener algo en común… ¡una conexión divina llena de luces, cristales y, sobre todo, momentos inexplicables!
Comencemos con la Virgen Santa Bárbara, la patrona de los mineros. La Santa no solo se encarga de proteger a los valientes que se adentran en las minas, sino que también, parece, tiene un toque de «magia» cuando las cosas se ponen feas. Los mineros aseguran que, antes de una explosión o un accidente, sienten una presencia que los guía, ya sea en forma de una luz extraña o una sombra misteriosa. Y, por si fuera poco, algunos afirman que Santa Bárbara, en sus momentos de gracia, juega a ser un poco traviesa: ¡las herramientas que se mueven solas o las linternas que nunca se apagan, son casi una broma de la virgen!

Pero, ojo, que la cosa no termina ahí. Justo a pocos kilómetros de las minas encontramos la Geoda de Pulpí donde aparece esta como otro enigma. Una cueva repleta de cristales de yeso gigantes que parecen más de una película de ciencia ficción que de la vida real. Y, por supuesto, algunos cuentan que, al igual que en las minas, las apariciones no se hacen esperar. Dicen que, al adentrarse en la geoda, la imagen de
Santa Bárbara se refleja en los cristales de una forma tan misteriosa que podría hacerle sombra a cualquier estrella de cine.
¿Coincidencia? Quizá no. En el pueblo de Pulpí, los más ancianos aseguran que, en tiempos antiguos, la geoda era considerada un «lugar sagrado», y que la protección divina de la Virgen Santa Bárbara no solo estaba presente en las minas, sino también en las profundidades cristalinas. Se rumorea que los mineros que trabajaban en la zona solían rezar antes de cada jornada, buscando la guía de la Santa. Y, claro, las leyendas siempre se exageran, así que ahora todo el mundo habla de luces, sombras y cristales que brillan como si fueran la señal de que la virgen está allí, protegiendo a todos.

¿Será que la Geoda de Pulpí y la Virgen Santa Bárbara tienen algún tipo de conexión secreta? ¿O simplemente estamos ante una serie de coincidencias, luces extrañas y un toque de misticismo bien almeriense? Lo único que sabemos con certeza es que, entre la protección divina de Santa Bárbara y los cristales gigantes de la geoda, Pulpí es el lugar donde lo inexplicable nunca falta.
