El nombre ya lo dice todo. El Patio de Vecinas es más que un bar, es un barrio de buenas risas y buenos momentos. Si pensabas que las vecinas eran solo aquellas señoras con gafas de sol y actitud vigilante que observan el mundo desde sus ventanas, prepárate para cambiar de perspectiva. En el Patio, las «vecinas» son expertas en ofrecerte más que tapas, son auténticas anfitrionas del caos organizado. ¡Olvídate de las vecinas calladas que te saludan con un “buenos días” incómodo! Aquí, las vecinas te invitan a compartir la mesa, una caña, y hasta un chisme jugoso sobre el vecino de enfrente. ¡Con lo que nos gusta un cotilleo!

Su carta: No es solo comida, es un show
Hablando de tapas, ¿Quién dijo que en Almería solo se disfruta del sol y las playas? El Patio de Vecinas lo tiene claro: la gastronomía local es el verdadero sol de la región. Desde las clásicas papas a lo pobre hasta los nachos con guacamole, aquí la comida no se conforma con ser solo deliciosa, también es un espectáculo. Bueno, bueno y, lo mejor de todo es que ¡tiene más de 20 tapas sin suplemento!.

La carta no tiene límites, desde pollo al curri con cous cous, fideos con ternera y verduras, gambas al ajillo, empanadillas caseras, burgers de pollo, de ternera, veganas…,hasta croquetas caseras de varios sabores…¡Una maravilla de carta! y ¿Qué decir de sus raciones? Patatas de todos los estilos, a lo pobre, rancheras, bravas, con bacon y queso, etc., también tienen nachos con guacamole o con carne y pico de gallo, huevos rotos con jamón ¡buenísimos! y ¿Te atreves con una tapa de cachopo de ternera con patatas mientras alguien en la barra cuenta las mejores anécdotas de la Isla de las Tentaciones? El Patio lo hace posible.
¡Vecinas o no, aquí todos somos familia!
Lo más curioso del Patio de Vecinas no son solo las tapas ni las bebidas, sino las personas que lo frecuentan. Aquí, los clientes no son simples «extraños». No, no, no, son parte de la gran familia del barrio. En cualquier momento, puedes encontrarte con alguien que te cuente sobre su reciente ruptura o el último chisme del grupo de WhatsApp de los colegas. Es un bar que fomenta las buenas conversaciones y los intercambios de historias, porque todos sabemos que lo mejor de un buen patio es el cotilleo.

Si tienes suerte, el dueño puede incluso contarte una historia sobre cómo nació el bar, o sobre cómo una vecina decidió traer su gato al bar porque «necesitaba salir a socializar» (esto, por supuesto, es totalmente verídico).
El Patio de Vecinas, el mejor plan para un miércoles, un viernes y… ¡Todo el año!
Así que ya lo sabes, no dudes en hacer una parada en el Patio de Vecinas. Aquí, la vida nunca es aburrida, la cerveza siempre está fría, y las tapas son tan deliciosas que podrían competir con los mejores secretos del vecindario. ¡Que vivan las vecinas, los patios y, sobre todo, las buenas cañas!

