Aunque Almería es conocida por su clima soleado y seco, el granizo se ha convertido en una amenaza ocasional pero significativa para la región. La caída de granizo, aunque poco frecuente, afecta gravemente a la economía local, principalmente en el sector agrícola, y daña tanto cultivos como infraestructuras.
Los agricultores almerienses, especialmente aquellos de la zona de El Ejido, sufren las consecuencias directas de estas inusuales tormentas. Las granizadas rompen plásticos protectores de los invernaderos y dañan cultivos de tomate, pimiento y calabacín, esenciales para la economía agrícola local. Los costos de reparación, junto con la pérdida de producción, generan impactos económicos millonarios en una provincia que abastece de hortalizas a buena parte de Europa.

Además, el granizo afecta a vehículos, tejados y ventanas de viviendas, provocando altos costos de reparación. Las autoridades han reforzado los sistemas de alerta temprana, buscando reducir los daños mediante avisos preventivos, mientras los agricultores recurren a seguros para eventos climáticos extremos.

Este fenómeno, cada vez más frecuente debido al cambio climático, subraya la necesidad de medidas de adaptación en una región que tradicionalmente no enfrenta fenómenos meteorológicos de este tipo.
¿Qué consecuencias tendremos en estos días?

